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- ¿Qué significa “el abismo” en la Biblia? $ USD
Por Wilda W. Morris
El abismo es la traducción española del término hebreo tehom. A las aguas primitivas de la Creación se las describe como abismo (Gén. 1:2). Este concepto se repite dramáticamente en el Sal. 104:5-7, donde se representa a Dios al reprender a las aguas del abismo, y separar las aguas de las montañas y los valles, al establecer los límites para cada una. La creación incluye el concepto de establecer orden a través de la separación o división de lo creado y mantener cada cosa en su lugar (Prov. 8:22-31). Este pensamiento se expresa en una metáfora interesante del Sal. 33:7 donde está escrito que Dios ha reunido las aguas en un cántaro (NVI) y ha puesto el abismo en una vasija.
En el relato del éxodo de Egipto, la acción de Dios de dividir las aguas para que los israelitas pasaran se describe poéticamente como la división de las aguas del abismo (Ex. 15:8). Dios sostuvo las aguas a ambos lados mientras los israelitas cruzaban el mar y las liberó cuando llegaron al otro lado, protegiéndolos así de los egipcios (Sal. 77:16-20). Teológicamente hablando, este fue un acto de creación: la creación de un pueblo para el Señor mediante la liberación de la esclavitud en Egipto.
Las aguas del abismo pueden ser destructivas o edificantes, maldición o bendición. Cuando traspasan sus límites, el resultado es inundación (Gén. 7:11). El caso extremo que se describe en Gén. 7 es la acción opuesta a creación, y solo pudo ser controlada cuando Dios envió nuevamente el viento o espíritu (ruaj) con el que comenzó la creación (Gén. 1:2) y cerró las fuentes del abismo (Gén. 8:1-3). Las tormentas en el mar también se asocian con el abismo (Sal. 107:23-26; comp. Juan 2:5,6). En el lenguaje poético de los Salmos, el abismo es una metáfora de las pruebas de la vida que parecen abrumadoras (Sal. 69:14,15). Podría incluso representar la morada de los muertos (Sal. 71:20).
Por otra parte, las aguas del abismo son una bendición sin la cual la vida no podría continuar. Deuteronomio 8:7 describe la tierra prometida como tierra de arroyos, de fuentes y abismos que riegan la tierra para que produzca grano y fruto (Ezeq. 31:4). Cuando Jacob bendijo a su hijo José con las “bendiciones del abismo que está abajo” estaba intentando conceder fertilidad a José, a su descendencia y a su tierra (Gén. 49:25; comp. Deut. 33:13-17). Como bendición o maldición, el abismo se presenta como poder que solo puede ser controlado por el Dios creador (Sal. 95:4).
La Biblia griega o Septuaginta traduce tehom por “abismo”, y lo relaciona con la fosa, la morada de los muertos (Rom. 10:7) y el lugar de los espíritus malignos (Luc. 8:31), incluyendo la bestia del Apocalipsis (Apoc. 17:8).
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
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